Zidane se movía con la prestancia de un torero. Con una maestría y clase suprema, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales en un tapiz https://elijahinve231186.bloggosite.com/46015934/un-repaso-al-cabezazo-más-famoso-del-fútbol